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viernes, 9 de febrero de 2007

NOCHE DE INSOMNIO


NARRACIÓN


Fue un miércoles, ¿Cómo olvidarlo?,
Nos encontrábamos ahí, solas, mi hermana Adela y yo, desesperadas, angustiadas; nunca me imagine que podría pasarnos todo lo que nos ocurrió.

El interior de la casa estaba oscuro y en silencio, en la sala nada mas brillaba el reflejo de las luces de la carretera que entraban por la ventana y nuestro cuarto lo iluminaba una tenue luz provocada por la lámpara de noche que nos envió nuestra madrecita.

El reloj marcó las 11:30 PM, Adela se sentía muy cansada y decidió ir a reposar, dijo--me levantaré muy temprano para estudiar con mayor fuerza--.
Mi hermana es muy dedicada e inteligente y le gusta hacer todo muy bien.
Esa noche el sueño la venció y se quedó profundamente dormida.

Yo permanecí por unos minutos más estudiando. Me acerqué a la sala y encendí la luz que iluminaba el escritorio para estar cómoda.
Recuerdo que leí por 45 minutos, pero una sensación muy espantosa empezaba a invadir mis pensamientos, supuse que sería por el silencio de la casa, decidí entonces ir a descansar.
Al dirigirme a mi cuarto escuché un ruido muy extraño, me exalté y corrí hasta el dormitorio, Adela ya dormía, y no me quedó otra que hacerle compañia.

Pasaron 15 minutos después de lo sucedido y aprecié entrar por la ventana una brisa muy suave que estremeció mi cuerpo.
En silencio y con mucho cuidado me levanté; vi hacia afuera, todo era oscuridad y observé una suave luz proveniente de la casa vecina.
Cuando me dispuse a cerrar la ventana, me pareció ver la sombra de un hombre, alto con una complexión atlética y me horroricé. Di un grito muy angustiada, Adela despertó y al advertir lo ocurrido observó y dijo que era la sombra de un árbol, pero yo no estaba segura.

Sus palabras me convencieron de volver a la cama y así lo hice, a pesar del miedo que sentía.
Me quedé dormida.
Desperté con un ruido extraño a la una de la mañana, no sabía que hacer, se escuchaban muchas voces desde las ventanas, eran demasiadas y muy confusas pues variaban su tonalidad.

Encendí una lámpara y distinguí por la ventana, que ya no era solamente la sombra del árbol lo observado, eran más o menos 5 sombras de hombres de diferentes estaturas, y sus voces se escuchaban cada vez más cerca y por momentos se las llevaba el viento.


No quería despertar a Adela sino hasta estar segura de lo que veía, deje pasar 5 minutos y no pude con la angustia, todo tipo de pensamientos feos pasaban por mi mente y la desperté.

Son cinco le dije, ella muy despacio abrió la ventana, y observó que estaban al final del pasillo que va a dar al muro de nuestro hogar y luchaban por subir hasta traspasarlo.
No sabíamos que hacer, de repente se nos ocurrió agarrar el teléfono y llamar a nuestra vecina, pero como siempre no contestó, es que ella decía que de noche jamás atendía el teléfono, ni si quiera si fuera emergencia.
Algo extraño nos llamó la atención, porque ni sus perros hacían algarabía.

Mientras pensábamos, nos dimos cuenta que uno de los hombres casi llegaba a su destino, claro guiado y apoyado por los demás.
Marcamos entonces a la casa de nuestros padres con la esperanza que ellos si respondieran.
El timbre de la llamada se me hizo eterno, pensé que tampoco contestarían, pero al último timbrazo escuché la voz adormitada de papá, al percibirla sentí un inmenso alivio porque sabia que haría cualquier cosa, porqué daría la vida por sus hijos.
No pude hablar por la impresión y Adela le comentó lo que sucedía.

Nuestros padres se encontraban a 1 hora de distancia de nosotras y no dudó en salir despavorido hasta donde nos encontrábamos.
Mama reflejaba una voz angustiadísima y nos daba aliento. Llamó a la policía pero era inútil, ellos nunca se presentaron al lugar. Se escucharon las sirenas, eso me tranquilizó pero jamás llegaron a nuestra casa.

El hombre robusto estaba a unos minutos de completar su encargo, mientras lo demás rondaban por toda la casa y se escuchaban pasos por doquier cada vez más cerca.
Ya habían pasado 45 minutos cuando se escuchó el inconfundible sonido del motor del carro de papá.
Al mismo tiempo se escucharon silbatos por todos lados, me angustié por el, pues estaba a fuera y solo en medio de la oscuridad.
Me dirigí hacia la puerta y cuando lo vi mi corazón regreso a su lugar, me devolvió la tranquilidad, al verlo Adela se hecho a llorar.

El ruido del carro había espantado a los malhechores que habían corrido por toda la calle sin dejar rastro alguno.
Papá examinó toda la casa, no encontró nada ni a nadie, pero al llegar al patio trasero, vio un perro negro que estaba dando vueltas por todos lados. ¿Es de ustedes? Preguntó, nunca tuvimos alguno porque no nos quedaba tiempo de cuidarlo.


En la carretera se escuchaban las voces y cómo no recordarlas, eran similares a las escuchadas hacia 2 horas pero se iban desvaneciendo con lo rápido que corrían.

El misterio era ¿Cómo llego ese perro hasta ahí?, ¿Quién lo metió?, ¿Cómo?
No sabíamos nada, nunca lo habíamos visto.

Días después nos dijeron quien era el dueño del perro, --creo que ni se lo imaginan-- el dueño era un hombre que acaba de escaparse de la cárcel, acusado de 10 asesinatos de mujeres que vivían solas. Acababa de fugarse de la penitenciaría y era buscado por todo un cuerpo policial esa misma noche que ocurrió todo en nuestra casa.
Había salido en busca de nuevas victimas, pues estaba obsesionado con la sangre.

Varias semanas no dormí ni un minuto, porque al cerrar los ojos se me venia a la mente todas aquellas imágenes a mí cabeza y no quería recordarlas.

Se preguntaran que paso con el perro, pues estuvo en nuestra casa por 3 días, pero un miércoles ya no amaneció ahí. Lo buscamos por todos lados y sólo encontramos rastro de sangre por todo el jardín y una nota que decía:



“USTEDES NO PERMITIERON QUE YO SABOREARA SU SANGRE, PERO LUCKY MI AMIGO FIEL ME LA PROPORCIONO, ¿ERA UN BUEN AMIGO VERDAD? “

1 comentario:

9. dijo...

La historia está bien, pero hay varios errores ortográficos: venía, víctimas, llegó (en pasado se tilda)...
Póngale atención.